¿Qué es una hipoteca inversa?


Hipoteca inversa

Una hipoteca inversa es un tipo de préstamo hipotecario diseñado para personas mayores de 62 años que les permite convertir parte del valor acumulado en su vivienda en efectivo, sin tener que vender la propiedad o hacer pagos mensuales de la hipoteca. En lugar de hacer pagos al prestamista, el prestamista hace pagos al prestatario.

El funcionamiento de una hipoteca inversa es inverso al de una hipoteca tradicional. En lugar de que el propietario pague al prestamista, el prestamista paga al propietario, ya sea en forma de una suma global, pagos mensuales o una línea de crédito.

Los préstamos de hipoteca inversa permiten a los propietarios de viviendas mayores aprovechar el valor acumulado en su propiedad sin tener que abandonarla. El monto del préstamo está determinado por factores como la edad del prestatario, el valor de la vivienda, las tasas de interés y el programa de hipoteca inversa específico.

La hipoteca inversa se suele pagar cuando el prestatario fallece, vende la vivienda o se muda de forma permanente. En ese momento, el prestamista recupera el monto prestado más los intereses acumulados. Si el monto de la venta de la vivienda es superior al saldo de la hipoteca inversa, el excedente se devuelve al prestatario o a sus herederos.

Es importante tener en cuenta que una hipoteca inversa puede tener implicaciones financieras y legales complejas, por lo que es recomendable buscar asesoramiento de expertos antes de considerar este tipo de préstamo.

La hipoteca inversa es un producto financiero orientado a personas mayores mediante el que obtienen el precio de su vivienda habitual en forma de rentas mensuales. Este producto, popular en países como los Estados Unidos, se ofrece como un complemento a la pensión.En España ganó peso durante la crisis, aunque sigue siendo un producto no demasiado utilizado. Sin embargo, conviene conocer cómo funciona antes de recurrir a ella.

La hipoteca inversa es un producto financiero para personas mayores que consiste en obtener el precio de la vivienda en forma de rentas mensuales como complemento a la pensión.

Al contrario que en una hipoteca corriente, en la inversa se abona el precio (por lo general) a plazos. El importe máximo que puede prestar el banco es el valor de la vivienda. Por tanto, para amortizar la hipoteca habrá que devolver el total del capital cobrado más el precio del préstamo (intereses, fundamentalmente).

Esta facultad de amortización corresponde al propietario o beneficiario o a sus herederos, tras el fallecimiento de aquellos. En tanto que es una facultad, los herederos podrían desentenderse del inmueble, que quedaría en manos del banco.

Lo interesante de la figura es que convierte el capital inmobiliario de las personas mayores en una pensión complementaria. Y esto es muy interesante en una sociedad en la que las pensiones públicas no siempre son suficiente y donde aumenta la longevidad, pero también los gastos médicos y en dependencia.