Contenido básico del contrato de alquiler
El contrato de alquiler, también conocido como contrato de arrendamiento, es un documento legal que establece los términos y condiciones bajo los cuales se alquila una propiedad entre el propietario (arrendador) y el inquilino (arrendatario). Aunque el contenido exacto del contrato de alquiler puede variar según la legislación y las circunstancias específicas, a continuación se enumeran algunos elementos básicos que suelen estar presentes en este tipo de contrato:
- Identificación de las partes: Se deben incluir los datos de identificación completos del arrendador y del arrendatario, incluyendo sus nombres, direcciones y números de identificación fiscal o documentos de identificación pertinentes.
- Descripción de la propiedad: Se debe especificar la dirección completa y la descripción detallada de la propiedad que se alquila, incluyendo detalles como el tipo de vivienda (piso, casa, local comercial), número de habitaciones, áreas comunes, entre otros.
- Duración del contrato: Se establece el período de duración del contrato de alquiler, indicando la fecha de inicio y la fecha de finalización. Puede ser un contrato de duración determinada (con fecha de vencimiento) o un contrato de duración indefinida (sin fecha de finalización establecida).
- Precio y condiciones de pago: Se especifica el importe del alquiler mensual o periódico, así como las condiciones de pago, incluyendo la forma de pago aceptada y la fecha límite para el pago del alquiler.
- Fianza o depósito de garantía: Se indica el importe de la fianza o depósito de garantía que el inquilino debe entregar al arrendador al inicio del contrato. Este depósito se utiliza como garantía para cubrir posibles daños o impagos durante el período de alquiler y se devuelve al inquilino al finalizar el contrato, deduciendo los gastos legítimos que se puedan generar.
- Obligaciones y responsabilidades: Se detallan las obligaciones y responsabilidades tanto del arrendador como del arrendatario. Esto puede incluir responsabilidades como el mantenimiento de la propiedad, el pago de servicios y suministros, la prohibición o permisión de actividades específicas, entre otros aspectos relevantes.
- Clausulas adicionales: Pueden incluirse cláusulas adicionales que regulen aspectos específicos del contrato, como la subrogación del contrato, la prohibición de subarrendar, las condiciones de rescisión anticipada del contrato, entre otros aspectos relevantes.
- Resolución de conflictos: Se establece el procedimiento para resolver posibles conflictos o disputas que puedan surgir durante el período de alquiler, ya sea a través de la mediación, el arbitraje u otros medios.
Es importante tener en cuenta que el contenido específico y los requisitos legales del contrato de alquiler pueden variar según la legislación de cada país y las regulaciones locales aplicables. Por lo tanto, es recomendable obtener asesoramiento legal o consultar la legislación pertinente antes de redactar o firmar un contrato de alquiler.
Atendiendo a las partes del contrato se pueden deducir las dos obligaciones principales:
- El arrendador queda obligado a ceder el uso y disfrute del inmueble. Durante la vigencia del contrato no podrá molestar en este uso y disfrute a su inquilino.
- El arrendatario queda obligado al pago puntual de la renta. El contrato de alquiler determinará la cuantía de la renta, la fecha y el modo de pago.
En consecuencia, el contrato de alquiler deberá establecer el contenido de estas obligaciones.
En el contrato de arrendamiento se identificará a las partes y se expresará su voluntad de contratar, estableciendo con claridad el objeto de arrendamiento, la duración del contrato, el importe de la renta y la forma y plazo de pago.
En principio, este es el contenido básico del contrato de alquiler, que deberá ir firmado por ambas partes en cada una de sus hojas, indicando la fecha y el lugar donde se ha celebrado la operación.
Sin embargo, el ordenamiento jurídico permite a las partes acordar otras disposiciones adicionales, siempre que no contravengan la ley, la moral o el orden público.
Además, hay que tener en cuenta que los arrendamientos urbanos deben someterse a determinados preceptos de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).