Contenido de una cláusula


Contenido de una cláusula

El contenido de una cláusula puede variar dependiendo del tipo de contrato o acuerdo al que pertenezca y de las necesidades y objetivos específicos de las partes involucradas. Sin embargo, en general, una cláusula puede abordar los siguientes aspectos:

  1. Identificación de las partes: Una cláusula puede comenzar con la identificación precisa de las partes involucradas en el contrato, indicando sus nombres legales completos, direcciones y otra información relevante.
  2. Objetivo del contrato: La cláusula puede establecer el propósito o el objetivo del contrato, es decir, qué buscan lograr las partes al celebrar el acuerdo.
  3. Definiciones: En algunos contratos, especialmente aquellos que involucran términos técnicos o especializados, se pueden incluir definiciones de ciertos términos utilizados a lo largo del documento para evitar confusiones o ambigüedades en su interpretación.
  4. Derechos y obligaciones: Una cláusula establece los derechos y obligaciones específicos de cada una de las partes involucradas en el contrato. Esto puede incluir los derechos de uso, posesión, pago, entrega, garantías, limitaciones de responsabilidad, etc.
  5. Plazos y condiciones: Se pueden establecer plazos específicos para el cumplimiento de las obligaciones, así como condiciones relacionadas con el rendimiento, la calidad, la cantidad, la resolución de disputas, etc.
  6. Modificaciones y enmiendas: Una cláusula puede abordar cómo se pueden realizar modificaciones o enmiendas al contrato en caso de que sea necesario realizar cambios en el futuro.
  7. Ley aplicable y jurisdicción: En algunos contratos, se puede especificar la ley que regirá el acuerdo y la jurisdicción en la que se resolverán las disputas legales en caso de que surjan.

Estos son solo algunos ejemplos de los elementos que pueden estar presentes en una cláusula contractual. La redacción y el contenido exactos de una cláusula variarán según el contrato específico y los requisitos de las partes involucradas. Es importante que las cláusulas sean claras, precisas y comprensibles para evitar malentendidos y disputas futuras.

El único límite al contenido de una cláusula son las normas imperativas y prohibitivas. Estas son, principalmente, las de policía y orden público.

Así, algunos elementos a los que no puede afectar el clausulado de un contrato son:

  • Determinación del obligado tributario. El sujeto pasivo de un impuesto viene determinado por la ley. Por tanto, una disposición contractual no puede determinar que el obligado al pago de determinados impuestos sea una persona diferente.
  • Reducción de derechos de las personas. Una disposición contractual no puede perjudicar los derechos fundamentales ni las libertades públicas de las personas. Esto es de especial relevancia en el ordenamiento laboral, donde el contrato de trabajo puede incrementar pero nunca reducir los derechos que los convenios y la ley atribuyen al trabajador. Por ejemplo, resultaría nula la cláusula por medio de la cual el trabajador asumiera el pago de sus propias cotizaciones sociales o renunciara a su derecho a huelga o de vacaciones.
  • Liberación de la responsabilidad penal. Una estipulación contractual no puede permitir la comisión de un delito. Así, aunque dos personas pacten quedar liberadas de responsabilidad penal por determinado actos (pensemos en una eutanasia o un aborto, e incluso una mutilación voluntaria) el Código Penal seguiría siendo de aplicación.
  • Quebranto de los derechos legítimos de un heredero forzoso. Las estipulaciones testamentarias que perjudiquen las legítimas pueden conllevar la anulación del testamento.
  • Determinación de la filiación de un menor. Esta cuestión se ha puesto de relieve con la maternidad subrogada, y la posibilidad de hacer efectivo o no un contrato por el cual la madre biológica se compromete a entregar a su hijo a la madre subrogada.