¿Qué es una enfermedad profesional?


Se entiende por enfermedad profesional toda dolencia o afección que el trabajador contraiga en ocasión o como consecuencia de su actividad laboral dependiente.

Una enfermedad profesional es la que padece un trabajador y está relacionada con la actividad laboral que realiza.

En tales términos la considera la ley en el artículo 157 del Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social:

Se entenderá por enfermedad profesional la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta ley, y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional.

En tales disposiciones se establecerá el procedimiento que haya de observarse para la inclusión en dicho cuadro de nuevas enfermedades profesionales que se estime deban ser incorporadas al mismo. Dicho procedimiento comprenderá, en todo caso, como trámite preceptivo, el informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Artículo 157 de la Ley General de la Seguridad Social

Una enfermedad profesional es una enfermedad que se adquiere como resultado directo de la actividad laboral en la que una persona está expuesta a determinados agentes o condiciones presentes en su entorno de trabajo. A diferencia de las enfermedades comunes, las enfermedades profesionales están relacionadas específicamente con el desempeño de un trabajo o profesión en particular.

Las enfermedades profesionales pueden ser causadas por diversos factores presentes en el ambiente laboral, como sustancias químicas tóxicas, agentes biológicos, radiaciones, ruido excesivo, vibraciones, condiciones ergonómicas deficientes, estrés laboral, entre otros.

Algunos ejemplos de enfermedades profesionales incluyen:

  1. Enfermedades respiratorias: como la silicosis (causada por la inhalación de sílice en minas y canteras), el asma ocupacional (desencadenada por la exposición a sustancias químicas en el trabajo) o la neumoconiosis (provocada por la inhalación de polvo en trabajos mineros o de construcción).
  2. Enfermedades dermatológicas: como la dermatitis de contacto, causada por el contacto con sustancias irritantes o alérgenos en ciertos trabajos, o el cáncer de piel relacionado con la exposición prolongada a la radiación solar en trabajos al aire libre.
  3. Enfermedades musculoesqueléticas: como el síndrome del túnel carpiano, que afecta a las manos y muñecas de las personas que realizan movimientos repetitivos o trabajos con vibraciones, o la hernia discal causada por levantamiento de cargas pesadas.
  4. Enfermedades relacionadas con el estrés laboral: como la ansiedad, la depresión o el síndrome de burnout, que pueden ser consecuencia de una carga de trabajo excesiva, presión constante o ambientes laborales tóxicos.

En muchos países, existe una legislación específica que regula el reconocimiento y la compensación de las enfermedades profesionales. Estas leyes establecen los criterios para determinar si una enfermedad está relacionada directamente con la actividad laboral y qué derechos tienen los trabajadores afectados, como el acceso a atención médica, indemnizaciones económicas o la posibilidad de cambiar de trabajo si es necesario.

Es importante destacar que la prevención de las enfermedades profesionales es fundamental y se promueve a través de medidas de seguridad y salud en el trabajo, como la implementación de equipos de protección personal, la adecuada gestión de sustancias peligrosas, la ergonomía en los puestos de trabajo y la promoción de ambientes laborales saludables.

Determinar las contingencias concretas

Sin embargo, para que una dolencia que presente un trabajador pueda ser considerada «enfermedad profesional», debe estar comprendida en el cuadro establecido en el Real Decreto 1299/2006, del 10 de noviembre.

Por lo tanto, no resulta tan simple establecer la naturaleza de una enfermedad. Por eso, en muchas ocasiones se debe recurrir al procedimiento de determinación de contingencias. 

Este instrumento permite determinar cuál es la naturaleza de la dolencia que padece el trabajador cuando existe controversia. Es común que las empresas nieguen la calidad de consecuencia de la actividad laboral que sufren los trabajadores, debido a los perjuicios que esto les puede acarrear. Principalmente cuando existan incumplimientos a la normativa de seguridad laboral.

El organismo encargado de la determinación de la enfermedad profesional es el Instituto Nacional de Seguridad Social, por el que pasarán todas las solicitudes de procedimientos de determinación de contingencias.